01. Just You Just Me
02. Sweet Lorraine
03. Sometimes I'm Happy
04. Caravan
05. It's Only A Paper Moon
06. You're Looking At Me
07 - The Lonely One
08 - Don't Let It Go To Your Head
09 - I Know That You Know
10 - Blame It On My Youth
11 - When I Grow Too Old To Dream
12 - Get Your Kicks On Route 66
Nat “King” Cole: voz, piano
John Collins: guitarra
Charlie Harrings: contrabajo
Lee Young: batería
02. Sweet Lorraine
03. Sometimes I'm Happy
04. Caravan
05. It's Only A Paper Moon
06. You're Looking At Me
07 - The Lonely One
08 - Don't Let It Go To Your Head
09 - I Know That You Know
10 - Blame It On My Youth
11 - When I Grow Too Old To Dream
12 - Get Your Kicks On Route 66
Nat “King” Cole: voz, piano
John Collins: guitarra
Charlie Harrings: contrabajo
Lee Young: batería
Pese a ser un hombre de carácter templado, cuya música siempre fue fácil para el oído, Nat “King” Cole logró ser una figura de considerable controversia durante sus 30 años como músico profesional. Desde finales de los 40 hasta mediados de los 60, fue un cantante pop masivamente exitoso, quien brilló junto a contemporáneos tales como Frank Sinatra, Perry Como y Dean Martin.Compartió con aquellos colegas una carrera que comprendió éxitos discográficos, giras internacionales, programas televisivos y radiales, y apariciones cinematográficas. Pero, a diferencia de ellos, no había emergido de un contexto como cantante de big-band de la era swing. En cambio, había pasado una década como un celebrado pianista jazzero, que había liderado su propio pequeño grupo. Extrañamente, esto fue una fuente de controversias. Por alguna razón, parece haber entre los críticos más seguidores del jazz que del pop, y la transición que hizo Cole entre el jazz y el pop (durante un período en el que jazz se estaba haciendo menos popular), fue vista como una traición. Al mismo tiempo, como prominente "entertainer" afroamericano, durante una era de tumultuosos cambios en las relaciones sociales interraciales en los Estados Unidos, se vio desfavorecido por los diferentes bandos. Sus esfuerzos de integración, que incluyeron demandar a hoteles que rechazaron admitirlo o mudarse a un vecindario en Los Angeles que anteriormente había sido exclusivo de la población blanca, le ganaron la enemistad de los racistas. Una vez, incluso, fue víctima de un ataque físico, estando en escena en Alabama. Pero, también, los activistas por los derechos civiles algunas veces lo criticaban por no hacer lo suficiente por la causa.Tales controversias no oscurecen su verdadero talento como intérprete, sin embargo. El desmayo de los fans del jazz ante su retiro de esa música debe medirse respecto de sus logros como músico de jazz. Heredero de Earl Hines, con quien estudió estrechamente siendo Nat un niño, en Chicago, fue también una influencia para seguidores como por ejemplo Oscar Peterson. Y su trío, que emergió en los días postreros de la era swing, ayudó a proseguir el camino con un formato de small-band. Menos bien recordados, sin embargo, son los logros de Cole, su voz rica, humeante, su enunciación cuidadosa, y la calidez, el intimismo y el buen humor que puso en su aproximación al swing, le permitieron sobresalir tanto en las baladas y en las novedades que tuvo más de 100 simples y más de 2 docenas de LPs en los rankings pop a lo largo de un período de 20 años, lo suficiente para rankearlo como el cantante pop más exitoso de su generación, superado únicamente por Sinatra. Tras su muerte, Cole continuó atrayendo a ambos bandos que se excluían mutuamente, los del pop y los del jazz, que tanto lo habían apreciado durante toda su vida. Los fans del jazz continuaron atesorando sus grabaciones de los 30 y 40 y despreciando las grabaciones no-jazzeras que había hecho con posterioridad. (En 1994, el empresario discográfico alemán Klaus Teubing compiló “Straighten Up and Fly Right”, que se interrumpía explícitamente a principios de los 50.) Los fans pop aclamaron las reediciones de Cole de los 50 y los 60, dándole status de albumes de oro a las compilaciones que Capitol siguió reuniendo, sin preocuparse demasiado por el talento del cantante como pianista. (Y, como sus grabaciones cayeron en dominio público en Europa, donde hay un límite de 50 años para el copyright, un desparramo de reediciones de baja calidad inundó el mercado). Pero el debate, que prosigue, fue sólo prueba de la continua atracción que ejerce Cole sobre los amantes de la música, atracción que en las décadas posteriores a su prematura muerte no muestra ningún signo de abatimiento.
Le agradezco mucho la mención, amigo Guillermo. Ud. es lo q se dice un caballero, macho. Tanto gusto.-
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